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Buthán, en busca del Yeti 12.2012

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> EL ADN DEL YETI

Un estudio genético acaba de demostrar que el yeti es una subespecie de oso pardo descendiente de un oso polar prehistórico. Esto no mata su leyenda, ¡la hace más grande!

 El genetista Bryan Sykes, de la Universidad de Oxford, ha publicado hace unos días el resultado de un estudio científico. Tras comparar el ADN de una muestra de pelo recogida en Ladakh y otra en Bután (entre ambos puntos geográficos hay más de 1.000 km), las dos supuestamente de yeti, demostró que ambas pertenecen a una misma especie animal. El resultado fue que se trata de una subespecie de oso pardo.

Eso parece que le quita exotismo a la imagen del abominable hombre de las nieves, pero nada de eso. La leyenda crece porque esta especie desciende de un oso polar prehistórico, cuyos restos se han encontrado en Svalbard… que son unas islas del Ártico. Es como si una especie que desapareció hace 40.000 años en el hielo hubiese perdurado hasta nuestros días en el Himalaya. ¿No os parece fascinante?

Ahora las dudas son: ¿quedan y cuántos ejemplares de ese oso por el Himalaya?¿Por qué son tan huidizos?

En mi expedición por Bután, en busca de este ser legendario, encontré a muchas brokpas (los habitantes de esos valles remotos) que me describían algo similar a un gorila. Uno de ellos incluso me hizo un dibujo de lo que él había visto frente a frente, a escasos metros, cuando era joven. Este es el señor y su gorila-oso-humanoide.

 

Sea lo que sea, para mí hay una cosa clara, el yeti pertenece a la gente del Himalaya. Forma parte de su tradición y de su cultura. Y aunque es normal querer saber más sobre él, ante todo tenemos que respetar lo que significa para ellos.