Qué buenas sensaciones después de estos primeros días entrenando. La altitud se nota, pero es un gusto correr rodeado por estos paisajes y con esta gente tan enrollada. ¡Nunca corro solo!
Etiopía es de esos países que a mí me gustan. La gente tiene un buen rollo increíble. En cuanto nos ponemos a correr se nos suman niños y no tan niños, el otro día en Lalibela nos adelantó corriendo un señor de 70 años... ¡esta gente ha nacido para correr!
Pero volvamos al principio, en Addis Abeba he tenido una sesión de entrenamiento con, nada más y nada menos, que Haile Gebrselassie, el mejor fondista de la Historia. Lo sabe todo sobre este deporte. Me ha dado las tres claves para el éxito en el maratón: disciplina, compromiso, y trabajo duro. Ademas del mejor atelta es un hombre sencillo, es verdad lo que dicen de él: le encanta reir.
Después hemos volado a Lalibela, donde están las míticas iglesias del siglo XIII excavadas en el suelo. No solo he conocidoa los monjes sino también el mercado del pueblo, que está lleno del jaleo africano, y donde uno puede encontrar cualquier cosa.
A 2.700 metros de altitud he hecho una sesión de entrenamiento que me ha venido muy bien para aclimatarme a la altura. Awassa, la ciudad donde voy a correr el maratón, está a 1.700m, ¡hay que acostumbrarse!
Las fotos son de Toni Espadas, ¡gracias!