Hoy he vuelto a entrenar con Haile Geberselassie en Addis Abeba. En el estadio había otros campeones etíopes. Qué impresionante cómo corren, son increíbles.
El Gebre, así es como llaman a Haile Gebrselassie, me ha dado más consejos sobre cómo mejorar mi zancada, que sigue sin estar muy pulida. Realmente este hombre es pura generosidad y talento.
En el Estadio Nacional había otras otras promesas emergentes del atletismo. No son desconocidos para la gente de aquí, pero todavía no han despuntado internacinoalmente. En Etiopía primero corres a tu aire, pagas de tu bolsillo a un entrenador personal, ganas algunas carreras, y si tienes suerte consigues que un club te fiche. Ahí cambia tu vida, porque el club te paga un sueldo. En Etiopía ser atleta es una profesión como cualquier otra. He hablado con una chica que dará mucho, mucho, que hablar en los 5.000 metros. ¿Sabéis cual es su salario!... 100 euros mensuales. ¡Qué diferencia con la estrellas americanas!