En una semana salimos para el próximo desafío, descender dos kilómetros bajo tierra (-2.080 metros) en la cueva más profunda del mundo, la sima de Krúbera-Voronya, en Abjasia.
En las últimas semanas os he ido dando algunas pistas en Facebook y en el Twitter sobre lo que nos traíamos entre manos, y era esto, un viaje al centro de la Tierra. Queremos llegar a -2.080 metros, dos kilómetros en vertical por debajo del suelo.
La sima se encuentra en Abjasia, una pequeña exrepública soviética a orillas del mar Negro, en el extremo occidental de la cordillera del Cáucaso. En otro post os hablaré de la situación política de este país, que es compleja. Pero hoy, la cueva.
La sima es la más profunda del mundo. En agosto de 2012 un equipo de espeleólogos ucranianos alcanzó aquí los -2.197 metros. Desde enero de 2001 en esta sima se ha batido en 8 ocasiones el récord de profundidad. También fue en esta cueva donde se superó por primera vez la barrera de los -2.000 metros.
Nosotros no podemos alcanzar esa máxima profundidad porque a partir de -2.080 metros hay cuatro sifones (galerías inundadas de agua), que exigen una logística de equipos de buceo muy compleja, y resultaría imposible teniendo en cuenta que tenemos que hacerlo grabando y con los equipos de cámara e iluminación.
Nunca un equipo de televisión ha grabado a esa profundidad. Queremos ser los primeros en mostraros las entrañas de la Tierra. No será fácil porque tenemos que solucionar cómo cargar las baterías, iluminar las salas, proteger los equipos de la humedad del 99% o directamente del agua que les caerá encima a chorro. Como nos dicen los espeleólogos rusos, no se ha grabado antes a esa profundidad porque es un jaleo de mil demonios. ¡Pues ya era hora!
Para llegar hasta allí tendremos que superar un pozo vertical de 152 metros (La Gran Cascada), un tubo de 40 centímetros de diámetro y 300 de largo (el Camino al Sueño) y cascadas de agua helada (a 0.5°C) cayéndonos encima durante horas. Tardaremos 4 días en bajar (durmiendo dentro de la cueva, claro), uno para preparar el ascenso y 3 para salir. Es decir, que vamos a estar 8 días como los topos sin ver la luz del sol.
Vamos a ir acompañados por espeleólogos que llevan más de 20 años explorando esta cueva, y que de hecho forman parte del equipo que ha batido el récord de profundidad en varias ocasiones. Serán 25 expertos rusos, ucranianos y españoles (uno de los líderes del equipo es de Sevilla), que nos ayudarán a desplazarnos por ese laberinto de galerías en obscuridad absoluta.
Las cifras de la expedición marean: 6.000 kg de material, 3.000 metros de cuerda de escalada, 600 seguros, 300 fraccionamientos, un recorrido total 4 kilómetros…
Ya sé que la palabra no es muy profesional, pero ¿no os parece un AVENTURÓN en toda regla?