Jesús Calleja y el equipo de Desafío Extremo ha logrado salir de la sima Krúbera-Voronya después de seis días angustiosos atrapados bajo tierra. A pesar de la situación tan delicada que vivieron traen la satisfacción de haber sido el primer programa de televisión que graba a -1.637 metros de profundidad.
Una proeza que casi les cuesta la vida, esa podría ser la conclusión de esta expedición en Abjasia. Su objetivo inicial, alcanzar los -2.080 metros, tuvo que ser desestimado a los tres días de descenso, cuando solo les quedaba uno más para lograrlo. En la superficie las lluvias torrenciales se estaban filtrando bajo el suelo, inundando las galerías de la sima. Si no se daban la vuelta podrían quedar atrapados por el agua.
A pesar de tomar esa decisión, difícil, pero imprescindible por cuestiones de seguridad, el ascenso se complicó. El nivel de agua ya había subido mucho en las galerías y el sifón que habían atravesado a -1.440 metros ahora era insalvable. Con una oreja pegada al genéfono (un teléfono por cable) que les unía con el campo base, en el exterior, Jesús Calleja y los demás recibían el pronóstico del tiempo cada pocas horas en el vivac 3, a -1637 metros de profundidad. En cuanto la lluvia les dio una tregua consiguieron llegar al vivac 2, a -1.400 metros. De nuevo quedaron atrapados, y los intentos por colocar una cuerda fija alternativa, lejos de las cascadas fortísimas de agua se convirtió en una tarea imposible. El domingo consiguieron por fin llegar al vivac 1, a -700 metros, tras varios intentos frustrados a lo largo del día. Solo les quedaba una jornada más para alcanzar la luz del sol.
Más que el cansancio físico, su peor enemigo era psicológico, la sensación de aislamiento, de impotencia y de estar literalmente enterrados. En las crónicas de aquellos días Jesús contaba a su hermano a través del genéfono que el frío era terrible, que estaban todo el día húmedos, agotados, hartos, pero a salvo.
El lunes 9 de septiembre, a las 19:00 hora española el equipo salió por la boca de la cueva. Jesús Calleja tuvo que ser atendido porque sufría una hipotermia. Habían logrado uno de sus objetivos iniciales, grabar donde ningún equipo de televisión lo había hecho antes y un objetivo imprevisto: escapar de la ratonera en que se había convertido la sima Krúbera-Voronya.