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Ladakh, exploración inédita al Himalaya 05.2011

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Desafío Extremo se mete de lleno en un auténtico viaje de exploración en la región del Chang Tang hindú. Una inhóspita meseta que forma parte del enorme altiplano tibetano, y que se extiende por Tíbet (China) y por el sureste de Ladakh (India), en la frontera norte de Tibet.

> ACLIMATANDO EN LEH ¡LISTOS PARA PARTIR!

Amigos, aquí estamos, en este rincón del Himalaya indio, en el Ladakh. Aquí comienza nuestra aventura que nos va a llevar a las montañas más remotas de la meseta tibetana, de las que apenas se sabe nada.

Los cuatro componentes del equipo: Rafa Lomana, Kike Calleja, Emilio Valdés y yo mismo estamos súper motivados con este nuevo desafío ¡es pura  exploración! Tenemos un objetivo y una meta muy claros,  pero  no sabemos lo que nos vamos a encontrar ¡ni cómo vamos a lograr conseguirlo!   

Llegamos a Leh, capital de Ladakh hace ahora un par de días; hemos estado aclimatando (Leh está ya a 3.500 m de altura) y haciendo las últimas compras finales. Desde Leh nos espera un viaje de ciento y pico kilómetros  en todoterreno por la única carretera que comunica la llanura con el Himalaya (los collados a más de 5000 metros están todos cerrados por la nieve) y que nos llevará hasta Rumtse, a 4.235 metros de altura, que es donde hemos subido hoy para avanzar en la aclimatación. También aquí hemos arreglado el transporte de las cargas: hemos alquilado 14 caballos para llevar toda la comida, todo el campamento... todo irá en estos caballos. Es una expedición pesada, en la que hemos de llevarnos todo para ser completamente autónomos y autosuficiente al adentrarnos hacia las montañas.   

Es una zona, la que vamos a ir, muy, muy poco transitada, no hay caminos, ni siquiera sendas, es como una sucesión de valles que se van comunicando por collados todos, absolutamente todos, de más de 5000 metros. El collado más “bajito” está a 5.100 metros, y el más alto a 5. 450 metros. Tenemos previsto pasar un buen número (creemos que hasta ¡9!) de estos collados de hasta casi 5500 metros. El número exacto de collados no lo podemos saber, porque lo iremos decidiendo en función de la nieve que nos encontremos. ¡Y es que hay mucha nieve en altura! Por eso es muy importante, vital, que nos encontremos a los habitantes de estas montañas –porque por aquí no hay pueblos- los nómadas tibetanos de la región del Chang Tang para que nos puedan orientar. Según nos vayan orientando, igual decidimos, en vez de seguir la forma de un valle, atajar por otros collados, y así vamos cortando valles, que aquí son transversales, no longitudinales.

Estos nómadas cruzan estas zonas ilegalmente desde la parte de Tíbet porque no quieren vivir en territorio ocupado por el gobierno  chino. Prefieren venir a un lugar libre, a esta zona de India, con su ganado, a buscar pastos. Y nosotros tenemos que encontrar a estos changtaníes para que nos orienten en nuestro  objetivo: la cordillera de Korzok.  Es allí donde nos dirigimos, amigos, ¡nuestro objetivo final! Se sabe que allí hay un par de picos de seis mil metros más o menos conocidos, el Mentok I y II, que se encuentran al Este de la cordillera. Pero por el Oeste,  ¡no entra nadie! No hay ninguna referencia de que se haya entrado nunca por esta parte, ni de que se hayan ascendido nunca ninguna de las grandes montañas de esta parte de la cordillera (que es enorme).  En los mapas no figura ni un solo nombre de la zona, ni de los valles, ni de los ríos, ni de los picos... ¡son como vacíos que hay en los mapas!

Así que, nuestro objetivo es llegar a la parte más inexplorada de la cordillera, adentrarnos en ella a través de los glaciares y de la nieve (queda mucha después del invierno)  e intentar subir el mayor número de montañas de seis mil metros vírgenes que encontremos. ¿Cuántas escalaremos? Pues vamos a ir a tope, pero no se sabe... igual una, o ninguna, ¡o seis! Nuestra intención -y digo intención, porque nunca sabremos qué va a pasar hasta que lleguemos- es intentar alcanzar un punto determinado con todo el equipo y el material, los caballos, el equipo al completo: nosotros cuatro, dos ladakhís y un sherpa que nos acompañan. Y luego nosotros cuatro cogernos mochila, cuerdas, comida deshidratada, todo el material de escalada, etc...  para hacer un ataque ligero y pasar 4 noches, y 4 días por encima de los 6.000 metros, intentando unir el mayor número de seismiles por un territorio virgen que podamos...   

No sabemos si es difícil, si no lo es, las dificultades técnicas que nos encontraremos en las montañas, el estado de la nieve... las avalanchas (lo que más nos preocupa) porque los montes están muy cargados de nieve, y sobre todo en un paisaje absolutamente sin referencias, desconocido. No nos vamos a encontrar ni a gente local, ni mucho menos occidentales: no hay aldeas hasta que lleguemos al lago Tsokar (a 4.485 m) donde termina la primera fase de la expedición. Cuando salgamos de la zona del lago, nos iremos rumbo a las montañas del Korzok, donde vamos a estar prácticamente todo el tiempo de cinco mil para arriba, incluidas las noches (el peor momento, cuando estás en altura).

Así que, primero, nos enfrentamos a la soledad y a la necesidad de encontrarnos alguna caravana de yaks; después, a las condiciones de la montaña y la cantidad de nieve que podamos encontrar en los pasos altos (y que como impida el paso de caballos se dan la vuelta, eso lo tenemos clarísimo! Mirar que los tibetanos a los que se los hemos alquilado son muy suyos... así que como se marchen nos dejan tirados. Mejor ni pensarlo, aunque nos puede suceder...!) Y en tercer lugar, al tiempo cambiante de esta época del año...      

Así que amigos, mañana ponemos rumbo a al lago Tsokar, donde deberíamos llegar en cuatro o cinco días; y de ahí, hacia el famoso lago Tsomoriri y las montañas que se levantan detrás de él, las del Korzok. Creemos que las habremos alcanzado dentro de 9 o 10 jornadas.

Así que amigos, aquí estamos, tomando coordenadas, dibujando la ruta en un diario, trabajando a tope con los GPS... ¡estamos los cuatro súper motivados con esta aventura de exploración total!  ¡Os escribiré pronto, amigos!!!      

Jesús Calleja desde las montañas del Ladakh