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Dolpo 10.2009

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Dolpo es una región inhóspita, la más grande de Nepal, pero también la más despoblada, a penas viven 5000 personas. Esta muy mal comunicada, no hay carreteras, ni apenas escuelas u hospitales.

> UN MUNDO INCREIBLEMENTE REMOTO

Hola amigos lo primero deciros que hemos conseguido atravesar el duro y dificilísimo collado del Kam-La de 5.400 metros…

Chiring consiguió “inextremis” los Yaks y después de tres días nos pusimos en marcha collado arriba. Después de ver las dificultades del collado completamente helado y con un gran espesor de nieve como podéis ver en las fotos , comprendimos porque era imposible cruzarlo con caballos o mulas. La altura de 5.400 metros y la abundancia de nieve junto con el peligroso hielo nos pusieron las cosas muy difíciles. La ascensión fue agotadora, y parecía no tener fin, pero lo peor es que no nos abandono el fortísimo viento durante todo el ascenso, nos quedábamos literalmente congelados. Las rampas eran muy duras y había que hacer zetas, el aire escasea en estas alturas, dificultando aun mas la marcha. Nos preguntábamos como pasaran los yaks el collado…

Alcanzamos la cima de este collado de 5.400 metros, desde donde podemos ver toda la grandeza del alto Dolpo y el Tíbet. La vista nos alcanza más de 200 kilómetros de profundidad y el aire es extraordinariamente limpio. Solo distinguimos tres colores: ocre, blanco y azul, o lo que es lo mismo tierra, nieve y cielo. Es muy difícil expresar en palabras la magnitud del paisaje, sobrecoge, y aun mas si pensamos en lo lejos que estamos de nuestro mundo, o de la próxima ciudad de Nepal, a unos 15 días caminando, donde cualquier problema se agrava por este tremendo aislamiento. Al fondo vemos perfectamente y casi tocamos con la mano la frontera de Tíbet con sus altos pasos de montaña, donde lo conductores de caravanas los atraviesan en busca de la preciada sal para comerciar con las tierras del sur de Nepal. Hacen un largo viaje de 300 kilómetros en el interior de Tíbet a un lago donde la extraen, después regresan, y siguen viaje hasta la misma frontera de Nepal con India, en total unos 1000 kilómetros en 5 meses, cruzando innumerables pasos de montaña elevadísimos. Son unos súper hombres. Estas rutas solo las hacen las gentes del alto Dolpo o los Kambas tibetanos, y son famosos los conductores de caravanas de Saldang la aldea mas aislada del alto Dolpo.

Seguimos en el alto del collado del Kang-La de 5.400 metros y al mirar a la otra vertiente nos quedamos pasmados al ver el fuerte desnivel cubierto de una gruesa capa de puro hielo, se nos antoja imposible que puedan bajar los yacks por aquí, y cunde de nuevo entre nosotros (Manu, Emilio, Phuntchok y yo) el desanimo. Esperamos más de una hora hasta que llegan, los agotados yaks, y nuestro amigo el yakero los insta a descender, pero según se asoman los bóvidos, retroceden como si vieran al mismo diablo. ¡Es una pendiente de 50º helada¡, y el toro del Himalaya que no es tonto dice que “nanais de la china”. Phuntchok les pincha con el baston y les tira del rabo, y unos ensordecedores ruidos de gritos de todos lo que allí estábamos obligan a las bestias a descender, más bien a tirarse por el precipicio helado. No se como consiguen sujetarse, pero entre resbalones que dan la sensación de que terminaran en el fondo del abismo, y las frenadas en el ultimo instante a solo 20 centímetros del vacío, van poco a poco descendiendo, con la ayuda de los dos yaceros y los serpas. Es todo un espectáculo ver esto, si me lo cuentan no me lo creo.

Después fuertes pendientes cargadas de nieve nos esperan para atravesarlas con los yakcs, nos hundimos hasta la cintura y el avance es penoso.

Ahora miramos atrás y nos damos cuenta que hemos conseguido algo muy difícil: entrar en el alto Dolpo bien entrado octubre, a las puertas de noviembre, también somos conscientes por la información que tenemos de ultima hora, que todos los paso de salida del alto Dolpo están como este, cerrados a los animales de carga. Ahora no sabemos como saldremos de aquí, pero preferimos solucionar día a día los problemas.
Nuestro objetivo es alcanzar el Reino de Mustang atravesando el alto Dolpo, la región mas inhóspita del Nepal y casi diría yo de todo el Himalaya, pero antes nos gustaría hacer algunas escaladas, sobre todo el Arniko Chuli de mas de 6000 metros cuya cima es frontera de las regiones de Dolpo, Mustang y Tíbet, pero la realidad es que nuestro próximo objetivo puede ser como buscar la manera de salir del alto Dolpo cuando terminemos de alcanzar la parte mas alta de estas frías y desoladas tierras.

Seguimos ruta una vez descendido el gran paso de montaña de 5.400 metros de altura y al atardecer aparece ante nuestros ojos el monasterio de Shey, con 600 años de antigüedad es centro de peregrinaje de budistas, porque se encuentra frente a las llamadas montañas de cristal, un lugar según ellos fuente de energías positivas, donde solo se encuentra este antiguo monasterio a 4.500 metros de altitud. Decidimos pasar aquí la noche. Es un lugar cargado de historias, incluso dicen que hace mucho tiempo se practicaba la religión Bon, antecesora del actual budismo lamaísta. Incluso hay quien dice que había monjes aficionados a la magia negra y hechizos, sin duda se podría dar aquí cualquier escenario, y mediatiza oír estas historias en este lugar tan aislado del mundo.

Al día siguiente emprendemos camino hacia Namgjun, otro monasterio aislado en mitad de la nada y de semejante altitud, pero antes nos espera otro collado de 5.100 metros, que se nos hace muy largo, sobre todo por el intenso frío, pero al coronarlo, nos quedamos boquiabiertos al contemplar las montañas que bordean el Tíbet, no alcanzamos a calcular cuantos kilómetros podemos ver a la distancia, pero son cientos, creo que es la vez que mas distancia alcanzo a ver desde una altura. ¡Es gigantesco¡.
Visitamos a los monjes que nos atienden con suma complacencia, y ya por la mañana seguimos rumbo hacia Saldang, la capital por llamarlo de alguna manera del alto Dolpo.

Llegamos a mediodía y pronto nos damos cuenta que es la primera aldea que vemos desde que llegamos al alto Dolpo, y es una aldea con abolengo..

Las casas son grandes, y la vida bulle. Todas las mujeres y hombre trabajan desgranado la cebada de las espigas, preparándose para el largo invierno.

De esta aldea son los famosos caravaneros del Dolpo, donde parten todas las caravanas que atraviesan el Himalaya hacia el Tíbet en busca de la sal para comerciar con ella en las tierras bajas del Nepal.
Son gentes rudas, mal tratadas por lo elementos, y estoy seguro que solo ellos son capaces de adaptarse a este medio tan sumamente hostil. Viven con lo justo, el dinero casi no hace falta porque no hay que comprar, no existen tiendas, lo más importante es administrar lo poco que les da la tierra casi yelma, y los yaks.
Sin duda estamos alucinados y con cara de sorpresa absoluta. Nunca antes había estado en un lugar donde verdaderamente el tiempo se ha detenido. Viven igual que hace cientos de años, exactamente igual, visten igual, comen igual y mantienen las mismas costumbres. No hay maquinas, casi no hay metales, y todo lo que tienen es lo que ellos pueden conseguir en estas lejanas tierras. Todo lo que parece mecánico es de madera, no hay engranajes, ni tornillos, ni palas, ni picos, nada metálico, todo se hace a mano o con madera. El sol abrasa nuestras pieles, y nos somos capaces de absorber tantas cosas que nos ocurre cada día. Espero que veáis el documental que estamos filmando para la serie Desafío Extremo, porque a nosotros nos parece algo excepcional, creo que pocos lugares en la tierra se vive como hace cientos de años.

Nos hacemos muchos amigos, dolpas y kambas, los kambas eran antiguos bandoleros de caminos que venían de la región de Amdo, pero ahora son héroes, pues solo ellos defendieron con armas, uñas y dientes el Tíbet ocupado por los chinos, y ahora gozan del status de héroes, pero han tenido que autoexiliarse en estas remotas tierras para no ser perseguido por lo chinos. Ahora conviven perfectamente con los dolpas.

Seguimos viaje hacia el este, desde donde os escribo, desde una pequeñita aldea llamada Komasegeon, donde hace una semana han acontecido hechos muy desagradables, y mas siendo budistas. Dos vecinos, uno de ellos monje se han peleado por terrenos y el monje a muerto apuñalado, la aldea esta compungida y triste, es una rareza que esto ocurra, pero ha pasado.

Hace mucho frío ahí fuera, el sol se ha puesto y me animo escribiendo esta líneas, estamos muy lejos de casa, nos quedan aun mas de veinte días de expedición y la desolación del paisaje y la simpleza de estas gentes nos aturde con sentimientos a veces contradictorios, y mas al saber que estamos en cierta manera atrapados en estos altos valles, de los que solo se puede salir a trabes de los pasos de montaña de mas de 5000 metros de altura, completamente cerrados para los animales, incluidos los yaks. Esperemos que el paso del tiempo nos los desbloquee o nuestra idea de alcanzar el reino del Mustang y las escaldas se terminaran antes de haber comenzado, teniendo que resolver simplemente como salir de aquí, antes de que nos atrapen las nieves del invierno, que esperamos no se adelante por la cuenta que nos trae.

En la siguiente crónica sabremos si la expedición continua según lo planeado, o tendremos que buscar la forma de salir del alto Dolpo, que en si mismo es en estos momentos toda una aventura.

Jesús Calleja desde las recónditas tierras del Himalaya.