En la cordillera Darwin intentaremos mi hermano Kike, Emilio cámara y amigo, junto con tres amigos argentinos, escalar el monte Caledonia, lo que seria la primera repetición mundial a dicha montaña.
Desde la ultima crónica no a parado de llover, parecía el diluvio universal, y era extraño estar sobre un glaciar donde ayer solo había nieve y hielo, y hoy además se le ha unido grandes cantidades de agua, hasta tal punto esta lloviendo que se han formado cascadas de agua por todas partes que descienden desde los glaciares colgantes hasta el glaciar Armada de Chile, circulando auténticos riachuelos por todos los lugares de la superficie del glaciar. Es la fuerza bruta de la naturaleza.
Nos da igual que nos caigan chuzos de punta, hemos sido los primeros humanos en pisar un territorio que desde que existe la tierra nadie ha llegado a tocarlo y eso nos provoca un estado de euforia, que tonifica y revitaliza nuestros agotados cuerpos.
Nos levantamos algo mas tarde que ayer para descansar más, y esperar a ver si este diluvio cesa un poco.
No hay manera, no deja de llover, por lo que con mucha paciencia recogemos nuestras tiendas y senseres para continuar. Esta todo empapado, damos un aspecto patético: sucios, olemos a “tigre”, mojados, cansados, casi sin comida, y con nuestras mochilas a reventar. Ya nos da igual “nos hemos hecho”, como decimos los montañeros.
Hoy nos espera un largo glaciar de unos 10 kilómetros de largo, con todas las trampas que esconde.
Tenemos que alcanzar nuestro SEGUNDO OBSTACULO: Un paso que hemos divisado desde la cima del Monte Caledonia. Este es el único acceso a la otra vertiente de esta parte de la Cordillera Darwin. El glaciar es ancho en este punto, pero a medida que progresemos se ira estrechando, hasta llegar a estar blindado por dos colosales muros a izquierda y derecha, de hielo con sus miles de seracs que se desprenden casi cada 10 minutos, como así a sido toda la noche. Son primero como explosiones y después llega el abrumador ruido de la avalancha con miles de toneladas de hielo desarmándose en su caótica caída.
Este es el collado donde nace el glaciar Armada de Chile, y nosotros tenemos que alcanzarlo y descender por el otro lado, lo que es un gran misterio: ¿Qué habrá detrás? ¿Podremos atravesarlo?.O será en este punto donde terminara nuestra aventura de exploración. Aquí si que no hay alternativas, o hay o no hay paso. Este es el OBSTACULO Nº 2.
Nos adentramos en el glaciar y al principio, progresamos por un hielo azul, con las grietas expuestas, es decir no están tapadas por la nieve.
Es sencillo avanzar y lo hacemos de prisa.
A medida que avanzamos las grietas casi desaparecen por completo, pero aparece algo nuevo en escena.
Ha llovido tanto que las cascadas de agua que se han formado casi como por arte de magia, por todos lados, convergen en el glaciar por el que ahora caminamos.
Imaginaros miles de millones de litros de agua, que se vierten en pocas horas encima de un glaciar. ¿Qué pasa?, pues este se inunda, el hielo no le da tiempo a digerir tanta agua y empiezan ha hacerse piscinas gigantes de agua, siendo difícil encontrar una sección del glaciar que no este inundado.
Esto nos obliga a meternos directamente en “sopas de agua”. Das un paso y te hundes hasta el tobillo, y después el otro pie, y así durante kilómetros, con lo que nuestros pies están encharcados, y las botas mojadas que ya es lo ultimo que nos faltaba. Os recuerdo que estamos encima de un glaciar y si bajan las temperaturas cosa que es normal, no os quiero contar comos se nos quedaran los pies de helados.
¡Ya esta¡, hemos conseguido mojar todo, ya no queda nada mas. Esto nos hace gracia y empezamos a reírnos para motivarnos, pues avanzar en estas condiciones a terreno desconocido es un poco de inconscientes, pero tenemos claro que no hay marcha atrás.
Seguimos el ascenso por el glaciar, y a parte de estar empapados, esta agua hace cosas maravillosas.
Todas las grietas se han llenado de agua, y en algunas no alcanzas a ver el fondo. Hay grietas de mas de 30 metros repletas de agua que rebosan con tanta fuerza el atracón de agua que lo vomitan y a su vez crean pequeña ríos por la superficie del glaciar, donde cien metros mas adelante aparece un sumidero que se anuncia antes por el extraño y ronco ruido que hace el agua al desaparecer entre sus fauces.
Es como magia: el agua aparece en ríos por encima del glaciar y un poco mas adelante desaparece en agujeros sin fondo.
La metaformosis del glaciar se ha producido de la noche a la mañana y ahora el glaciar es mucho mas azul que el día anterior, y ¡hay ríos¡. Estamos alucinados, es como si nos trasportáramos a un mundo diferente. Nada es comparable a lo que la fuerza de la naturaleza puede hacer. Nos ha ofrecido un espectáculo que nadie de los presentes habíamos visto.
Mientras estos fenómenos se suceden, los serac siguen cayendo. Trozos de hielo del tamaño de edificios se precipita al glaciar por el que ascendemos, solo que a una distancia prudencial donde no nos puede alcanzar, pero cuando impactan todo vibra y resuena como en un terremoto.
El exceso de agua hace que caigan con más frecuencia.
Aparecen nubes lenticulares, propias de lugares muy venteados, que pasan a una velocidad increíble. Algunas de estas nubes se superponen unas encima de las otras de tal manera que parecen huracanes.
¡Es una locura esta glaciar¡. Que de cosas vemos, y todas de una magnitud fascinantes.
Tenemos todos los sentidos acelerados. La naturaleza ha decidido darse un festín de fuerza y belleza y nos lo esta ofreciendo en todo su esplendor, y además seguimos explorando y avanzando en un lugar que son nuestros ojos los primeros que lo ven y lo gozan. No cambiaria esto por nada del mundo.
Solo la intranquilidad de saber si habrá o no paso, y que de al traste con nuestras ilusión, ensombrece un poco tanto disfrute. ¡Joder¡, no queremos que este espectáculo termine. ¡Queremos mas¡, y ese mas esta detrás de ese collado.
Seguimos el avance contemplando de todo: ríos, sumideros, aguas azules, piscinas, lagos, derrumbes de rocas, avalanchas, seracs, lluvia, sol, viento, nubes de millones de formas, soledad, silencio, ruidos, temblores, el vuelo del cóndor.
Que día para recordar, además hay que sumar: que estamos explorando territorio virgen y salvaje.
El OBSTACULO N’ 2, se acerca: 10 minutos, cinco minutos, tres minutos, remontamos el collado, poco a poco desaparece el horizonte de línea blanca, se contornea nuevas formas, son las montañas del otro lado, un valle amplio, con montañas aun mas grandes que las de este lado, son monumentales, y ¡por dios que es eso¡:Es el glaciar mas ancho que he visto en mi vida, mas bien parece un mar de hielo del que se alza a ver catedrales de pináculos a diez kilómetros de distancia.
En el se vierte mas hielo de varios glaciares que convergen todos en este. ¡Vemos el glaciar Alemania.
Pero la visión es estremecedora, no solo por la magnitud del glaciar, hay que sumarle que esta repleto de montañas de una verticalidad casi imposible, las hay de todas formas, tamaños, con paredes de roca granítica de casi 1000 metros. Auténticos merengues de nieve y hielo.
Me gusta una a la izquierda es el monte Italia y es la mas monstruosa de todas, aunque distingo una llamada Jano que no es comparable a ninguna que viera antes. También divisamos la más alta de la Cordillera Darwin que lleva este nombre: Darwin.
En este momento deja de llover y nevar, y el cielo a esta parte de la cordillera se abre.
Amigos aunque no pasáramos de este punto habría merecido la pena todo el esfuerzo y sufrimiento, es de una belleza colosal.
Y para mayor regocijo nuestro: ¡¡Hay paso¡¡. Encontramos una morrena lateral por la parte izquierda que nos deja llegar al glacial Alemania, pues de frente es un muro vertical inaccesible en el que solo cae una gigantesca cascada de agua que inmediatamente se la come el glaciar y desaparece. ¿A dónde ira tanta agua?, es casi imposible..
Fotos, felicitaciones, alegría desbordada. Podemos continuar. El OBSTACULO Nº 2, esta resuelto. La aventura continua¡¡¡.
Descendemos y ya tarde, acampamos muy cerca de la cascada de agua en pleno glaciar, encima de la nieve y hielo, no hay otro sitio, esto es un mar de eso: hielo y nieve.
Cenamos al aire libre a pesar del frío, no queremos perdernos nada de esta brutalidad de belleza.
De frente esa masa poderosa de hielo que es el glaciar Alemania, detrás la cascada de agua que se traga el glaciar, a la izquierda el pico Italia descomunal, a la derecha el pico Darwin, el Jano, y junto a nosotros aunque a distancia de seguridad una cascada de hielo caótico que es una barbaridad, se rompe cada media hora y hace vibrar el suelo donde tenemos instalada la tienda.
No sabemos a donde mirar, todo es fascinante.
Nuestros ojos son los primeros en ver estas bellezas desde esta situación. Sin duda alguna nos sentimos los mas afortunados del mundo y prende en nosotros la exaltación de la amistad.
Argentinos y españoles unidos en la exploración de nuevos lugares que permanecían ahí ocultando sus bellezas incomparables a lo desconocido. La naturaleza en su máxima expresión.
Esperemos que las imágenes que hemos filmado trasmitan aunque sea en parte esto que nosotros estamos disfrutando y os podamos contagiar de nuestro asombro.
Este lugar nos esta dando mucho mas de lo que imaginamos, y lo mejor es que continuamos en la exploración de este territorio.
Próximo objetivo descender por completo el glaciar Alemania, atravesando este valle glaciar al completo. Veremos todas estas montañas de cerca, y luego in tentaremos descender su cascada de hielo, para alcanzar la laguna glaciar que la foto satélite nos muestra, y después los bosques de lengas, para por alguna senda de guanacos encontremos una ruta que nos lleve a un bahía sin nombre donde daremos las coordenadas al capitán de nuestro velero para que nos recoja.
Por cierto hoy le hemos llamado para darle nuestra posición y que el avance con el velero por el canal de Beagle en nuestro rescate, al punto que salgamos.
Es de noche, estoy realmente muy cansado, todos duermen, pero no podía dejar de escribir esta crónica para no olvidar ningún detalle de lo que hoy hemos vivido, y además quería compartirlo con vosotros.
La única incógnita es que quedan DOS OBSTACULOS: EL TRES Y EL CUATRO.
Tenemos que pasarles si queremos llegar al punto de extracción, porque de lo contrario tendríamos que deshacer la ruta que nos ha traído hasta aquí, y eso seria terrible, pues el cansancio y la ausencia de comida nos pondrían en una situación critica.
La foto satélite nos indica que hay salida pero hay que librar estos dos claros OBSTACULOS, en forma de barreras de pináculos que eleva el glaciar en su descenso hacia el mar. Son gigantescos, y seguro que no podremos escalarlos por lo consecutivos de los unos con los otros, tendremos que esquivarlos con rodeos, como si de un gran laberinto se tratase.
Estoy seguro que lo conseguiremos pues dar la vuelta no es una alternativa, solo pensamos en salir hacia delante.
Solo espero que no estemos dentro de un laberinto sin salida, porque esto si que seria un verdadero problemon.
Os dejo hasta mi próxima crónica desde mi pequeña tienda de campaña iluminada en la noche por la luz de mi linterna mientras golpeo las teclas en mitad de ruidos roncos, profundos e intimidadores del continuo desprendimiento de avalanchas de hielo por todos los sitios. Nosotros bien seguros en mitad del enorme glaciar.
Mañana a seguir explorando, en la nueva ruta que hemos trazado en una foto satélite nunca hasta ahora realizada por nadie.
Espero escribiros al menos cuando sorteemos el OBSTACULO Nº 3.
Jesús Calleja desde los confines del último planeta.