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Ecuador, volcán Sangay 03.2008

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Ya estoy embarcado en una nueva aventura junto a mi amigo y cámara Emilio Valdés. Intentaremos, y nuca mejor dicho, escalar el volcán Sangay, de 5.230 metros de altitud. Pero lo más destacable de este volcán, no es su altitud, que es considerable, si no que es el más activo de Ecuador, de toda América del norte y de América del sur, y uno de los más activos del mundo

> DE LA SELVA A LA CORDILLERA DE LOS ANDES

Hola amigos, os escribo desde la tercera ciudad más grande de Ecuador: Riobamba, capital de la región de Chimborazo, donde se encuentra la mayor altitud de Ecuador, un volcán apagado e 6.310 metros de altura llamado Chimborazo. Pero antes os diré cual ha sido mi periplo desde la última crónica.

Como os contaba mi estancia en la capital de Ecuador, Quito fue muy placentera, es tranquila y sus gentes muy amables, pero llegaba el momento de ponerse en marcha.

Como la verdad, esta expedición no la había preparado, decidí alquilarme un coche 4x4, algo obligatorio si quiero moverme por un territorio tan complejo geográficamente y aun mas complicado por las fuertes lluvias que no han cesado en los últimos cuatro meses. De echo dicen que son las mas fuertes de los últimos 100 años. Incluso el aeropuerto ha sido cerrado a los dos días de mi llagada al ser completamente inundado por las lluvias torrenciales, y eso que este país esta acostumbrado a fuertes lluvias, pero este año son excesivas, y han roto ¡el 70%¡ de las carreteas de Ecuador.

Con mi flamante Toyota Land Cruisser, me puse en marcha en una alarga jornada de 8 horas camino a la selva. La ruta comenzó en Quito y continuo primero al norte para conocer un lugar llamado “la mitad del mundo”, que es justo donde pasa la línea del ecuador. Es curioso este emplazamiento, puede poner un pie en el hemisferio norte y el segundo pie en el hemisferio sur. Después de nuevo cruce Quito y empezó un continuo subir y bajar collados, algunos de mas de 4000 metros, en una continua lluvia que no cesaba, y que en ocasiones me obligaba a detener el vehiculo pues no se veía nada. La lluvia en estas latitudes ecuatoriales es brutal, parece una cortina de agua interminable. Luego llega un continuo descenso hasta las partes mas bajas de Ecuador a 600 metros sobe el nivel del mar.

Estoy en la selva, en la cuenca alta del Amazonas, donde se encuentra el río Napo, uno de los afluentes más caudalosos del río Amazonas.

Alcance esta cuenca, después de transitar por pistas medio destruidas, grandes extensiones de barro y agua, donde conducir exige la máxima concentración por abismos, que terminan en ríos embravecidos de color chocolate. Pero ya de noche alcanzo mi objetivo: Misahualli. Me alojo en unas cabañas junto al río Napo, donde la humedad es terrible, y el calor de la selva te hace sudar continuamente, mientras eres atacado por las nubes de mosquitos, entre los que vuela y pica el anofeles, transmisor de la malaria. Me unto de repelente, y a pasar la noche una hamaca. Es un lugar relajante, extraño pero cautivador, no hay ruidos de civilización, solo ruidos selváticos de ríos caudalosos, el crepitar de la lluvia feroz, y mil y un sonidos propios de la selva. Sudo, chorreo agua por todas partes, y tengo mogollón de picadas, espero que alguna no sea del anofeles y me trasmita la malaria, no llevo protección contra esta terrible enfermedad, aunque si medicinas adecuada si me entrara.

Durante el periodo que estoy en la selva, contacto con una persona local que se llama Hoto, y junto a dos quichuas más nos adentramos en los afluentes del río Napo, para conocer de cerca de lo nativos de esta selva, los Quichuas y Huaronais. Logramos contactar con los primeros, pues los últimos se requiere de muchos días para llegar a verlos en las profundas y espesas selvas de esta parte del amazonas.
Ha sido una experiencia increíble, navegar en pequeñas barcas alargadas construidas al vaciar grandes troncos de árboles, conversar y comer con las tribus Quichuas, y sobre todo como sacan el polvo de oro de estos ríos, algo que vi. con mis propios ojos. También camine por la selva y me di cuenta lo difícil que es sobrevivir en este ambiente tan hostil, lleno de animales peligrosos, serpientes, y sobre todo insectos letales. Se que a la selva volveré, y será sin duda un apasionante Desafío Extremo, pero será el al año que viene, ahora me toca ascender de nuevo a las tierras altas de la cordillera andina.

Quería conocer la selva para hacerme una idea desde donde nace mi objetivo el volcán Sangay, que una de sus vertientes desciende casi a esta selva. Yo lo atacare desde el oeste, partiendo desde los 3000 metros, pero tendré que descender por debajo de los 2000 metros en mitad de la jungla, para luego volver a ascender y alcanzar desde este punto los mas de 5.200 metros de altitud. Para ello he llegado a Río Bamba, pasando por una localidad llamada Baños donde en el año 2006 exploto el volcán Thumburagua, causando muertes y destrucción. El Sangay es mas violento, uno de los mas activos del mundo, y solo su aproximación es larguisima y difícil. Si alcanzo el campo base, será ya un éxito, y después llegar a su cima casi, un imposible, sobre todo con las fortísimas lluvias que están cayendo sin parar. Será una empresa muy complicada que os iré desvelando puntualmente en estas crónicas.

Mañana parto para iniciar mi primera jornada de sufrimiento y nunca mejor dicho, pantanos, lodazales, barro, lluvia, cruzar muchos ríos y torrentes sin puentes, mosquitos, 10 horas de caminata por la selva diaria, y agua por todas partes. Así durante varias jornadas solo para alcanzar la base de este esquivo y alejado volcán, en mitad de ninguna parte.
Estar atentos, que os seguiré informando.

Jesús Calleja desde el Ecuador