Estimados lectores, aquí estoy una vez más para contaros cosas o mejor dicho otras cosas sobre la Antartida.
Hasta hoy solo os he hablado de las partes técnicas de la propia escalada, pero una vez realizada la actividad escribiré de cómo se llega a este inhóspito lugar y que otras personas viajan hasta aquí.
Cuando dos días antes de viajar a la Antartida, desde Punta Arenas, la ciudad continental mas austral del planeta situada en Chile tuvimos una reunión como sabéis con la organización A.N.I.
¿Quién es esta organización? Se trata de una compañía privada americana para poder organizar expediciones a la Antartida. Por que ellos y no otros?. Por dos motivos principalmente: uno porque tienen la mejor logística y experiencia del mundo, y otra porque es la única agencia privada autorizada en operar en la Antartida porque cuidan hasta el último detalle todas las cuestiones medioambientales, y respetan a la perfección el tratado antártico. Por poneros un ejemplo: todo el pipi y lo otro ya sabéis, se lo traen de regreso a Chile para destruirlo. Nos entregan unas bolsas para las heces con un tratamiento especial anti olor, y el orín una vez congelado se corta en trozos y se deshace para meterlo en bidones. Y así estaría escribiendo largo rato sobre la perfecta y ecológica actuación de esta empresa. ¡También lo cobran bien¡.
En esa reunión en la que nos daban todo tipo de instrucciones, lo que primero que me llamo la atención es las personas que ahí estábamos reunidas. Solo un pequeño grupo de alpinistas, y un gran numero de personas que no encajaban.
Estas personas que luego os describiré, son básicamente millonarios que tienen como único objetivo que el de llegar al polo Sur y sacarse unas fotos.
Me explico: cada uno ha pagado diferentes cantidades de dinero (mucho, mucho) por volar a esta base de Patriot Hill, y desde ahí en unas avionetas llamadas Tiwn Otter volar durante 6 otras al Polo Sur, siempre que las condiciones climáticas lo permita, pues no siempre se puede.
Pues bien llega el día de volar a la Antartida y allí estamos todos: los pocos escaladores y el resto del personal entrando al carguero ruso “Ilusin”.
Dentro del avión intimamos mas, pues serán 6 horas de vuelo muy incomodas, pues no hay asientos, si no que una especie de sillas de tela plegables a .los laterales y solo dos ventanillas.
Ahora empiezo a observar al resto de los pasajeros y no salgo de mi asombro:
Una señora de 76 años que siempre quiso ver el Polo Sur, el año pasado había llegado a la costa en un barco especializado en Tours a la península Antártica, eso si muy lejos de la verdadera Antartida.
Otra persona tenia 78 años, y era un millonario americano que también ansiaba esa foto, pues se lo había apostado con sus amigotes en una partida al poker. Para poder moverse, pues estaba muy sobrado de Kg, había llevado a dos asistentes, y daba todo el aspecto de que nunca regresaría de la Antartida al ver como sufría solo de viajar en una precaria silla dentro del avión carguero ruso. Al llegar a la Base sus asistentes tenían que meterle en el saco de dormir y hacer el numero de la cabra para que pudiera agacharse y meterse por la puertecita de la tienda de campaña, y ya ni hablamos para hacer sus necesidades. Cuando llegaba ese momento requería sin excepción de todos sus ayudantes.¡que terribles escenas¡
Otra persona, esta si era muy interesante era un astronauta de la antigua estación espacial rusa que había visto cientos de veces la Antartida desde el espacio en sus prolongados viajes al espacio, y se dijo que algún día cumpliría su sueño de pisar el Polo Sur ( este hombre lo veo mas cabal y justificado).Ademas nos hicimos amigos y disfrute mucho de todo lo que contó de su interesante vida, y de las fantásticas historias espaciales. Me embelesaba oyéndolo, es una persona de las mas interesante de este vuelo.
Otra persona que viajaba era un indio del sur de la India que quería pasar, me da a mi la sensación el mayor frió posible, pues donde vivía la temperatura media es de 35ºC. Pueda que sea un masoca, pero se ganara el titulo del primer indio en el Polo Sur, y eso era exactamente lo que buscaba.
También viajaba un japonés con su traductora y asistente personal pues no hablaba nada de ingles. Nunca decía nada, ni opinaba, ni decia si, o no. Todo le daba igual porque no tenia personalidad alguna. Simplemente estaba allí.
Otro viajero y este lo voy guardando para el final pues me dejo perplejo, sobre todo cuando la primera comida que realizamos todos los que volamos a la base de Patriot Hill (Antartida), el y yo compartimos mesa, y hablando me cuenta sin venir al caso la siguiente historia: que es tejano, muy millonario, que se trae a sus 3 mejores amigos y su hijo para sacarse unas fotos en el Polo Sur (les ha invitado, como decía a todo trapo). Primero me sorprendo, luego observo y veo que es un tipo peinado con gomina hacia atrás, ¡una camisa azul a rayas, con cuello blanco¡ ¡gemelos en las mangas con detalle de su inicial en diamantes y pluma Monta Blanc, supongo que la mas cara del mercado, típica ropa para venir al lugar mas inhóspito del planeta me digo yo; y en un acto de poderío apoya su mano sobre mi hombro y sentencia: “chico” vosotros venís aquí con vuestras absurdas ideas ecologistas a divertiros y realizar gestas deportivas, pero los que de verdad hacemos progresar el mundo somos nosotros los empresarios del petróleo que con tanto tratado y tanta mierda no os dais cuenta que se esta terminando el petróleo en el mundo y pronto os guste o no, tendremos que explotar las reservas petrolíferas de la Antartida, y yo estaré aquí el primero. A renglón seguido, su hijo y los amigotes esbozaron una gran risotada. Yo me quede pasmado sin reaccionar, se me cayo la baba en la sopa y atónito me levante de la mesa y me fui a la ultima mesa del comedor a digerir lo que había oído en soledad. Reflexionando llegue a la conclusión, que espero que no existan muchos energúmenos como este, porque si no estamos acabados en este planeta. Es la mayor salvajada que he oído en mi vida, y a ha tenido que ser en la Antartida. Pero me cobre mi pequeña venganza. Eso fue antes de que tuviera que dormir en la tienda de campaña a mas de 30 ºC bajo cero, en un saco de dormir, y tener que “cagar” en una bolsa de plástico, y por lo que tengo entendido, enfoscarse hasta su inmaculado cuello blanco de la camisa. Sin contar las mil y una comodidades que con lleva surtir en este clima hostil a pesar de estar en una base antártica. Al día siguiente su rostro inmaculado y su aspecto de gran señor del petróleo estaba desfigurado y abatido. No había dormido de frío, no se pudo lavar, se había untado de sus propios excrementos, y de alguna manera la Antartida se estaba vengando. Ahora fui yo cuando al entrar dicho personaje en el comedor me eche una desairada risotada, y disfrute mucho más que el día anterior de la sopa caliente.
Otro personaje curioso era un israelita que no paraba de hacer preguntas de respuestas obvias, y las anotaba con ahínco en un diario que llevaba consigo a todas partes.
Y ahora viene quizás el personaje mas curioso de todos. Se trata de otro americano muy rico que por desgracia estaba en silla de ruedas y se proponía llegar al Polo Sur, pero este además pago una cantidad extra para que una vez aterrizara la avioneta en el Polo Sur, el avión arrastrara un ingenio que se había mandado construir de silla de ruedas con patines. Y en efecto como supe después, llego al Polo Sur, el avión le arrastro literalmente hasta una milla de distancia, una vez allí los tres asistente que llevaba tiraron de la silla de patines con tres cuerdas adaptadas a la silla, hasta llevarlo al Polo Sur. Cumpliendo con su objetivo: Recorrer una milla en silla de patines al Polo Sur con tracción humana.
Y por ultimo una pareja que la describiría como peculiar. Otro americano de 65 años que se llevo al ligue de 25 a la Antartida para sorprenderla en su cumpleaños. La chica, eso si muy mona ella, se presento en la Antartida en botas con un largo ¡tacón de 15 cm de alto¡. Si señores¡, se bajo del avión en botas de diseño, y claro como no podía ser de otra manera aterrizo con sus hermosas posaderas en el suelo al resbalar por la misma rampa del carguero ruso que estaba congelada como un cuerno. La pobre mujer no daba importancia a su peculiar desembarco y hacia sonrisitas mientras hacia de tripas corazón por las risas que genero a todo el personal que allí estábamos. Luego a la moza se la empezaron a congelar los pies porque claro esta, sus botas no respondía a las duras exigencias de la Antartida y tuvieron que llevarla en moto de nieve a la base y eso que solo estaba a 15 minutos caminado. Pero allí iba ella con su abrigo de pieles ululando al viento, su gesto descompuesto por el frío y tiritando como una castañuela. ¡Menudo regalo de cumpleaños¡. Esa noche nos hizo saber que se negaba en rotundo viajar al Polo Sur y que esperaría pegada a la estufa hasta que su amado regresara.
Bueno pues toda esa gente paga monstruosas sumas de dinero por viajar desde Patriot Hill al Polo Sur, sacarse unas fotos durante tres oras y regresar. Ya esta¡. Esfuerzo cero, peligros casi ninguno, merito, el de tener mucho dinero, pero eso si, tienen unas fotos difíciles de conseguir y a buen seguro que vacilaran mucho entre familiares y amigos.
No quiero ser demasiado critico con este tipo de personas que realizan estos viajes a golpe de talonario, cada uno puede hacer lo que le de la gana, pero a mi modo de ver, me ha costado tanto llegar hasta aquí, con un objetivo bien claro. Donde me juego mi vida, o congelarme las extremidades como mal menor, pero con la idea de avanzar en nuestro camino personal, que en mi caso es escalar montañas y vivir aventuras de verdad, donde hay que saber sobrevivir a todo tipo de penurias, y hacerse fuerte ante las mas diversas adversidades. En definitiva mantener vivo el espíritu de la verdadera aventura, y huir de la comodidad y el conformismo.
Por esta razón me resulta muy difícil comprender a estas personas que nada mas llegar a la Antartida lo primero que piensan es en explotar el único reducto de belleza sin contaminar, que se conserva puro, y que en esas conversaciones en el comedor a excepción de el ruso astronauta y el resto de alpinistas que hablábamos de la aventura que nos esperaba, el resto del personal se debatía en conversaciones tribales sobre los lugares mas raros y exóticos que habían visitado, o mejor dicho coleccionado. Compitiendo a ver quien tenia en su poder el lugar mas original. Ya sabéis como cuando se viaja en grupo organizado a un país cualquiera y en el avión antes de llegar al destino ya sabes todos .los lugares de vacaciones que ha visitado el pesado o la pesada de turno: - que si estuve aquí-, que si estuve allí-, -mira chica lo que te perdiste por no ir allí pero yo si, etc., etc.
No quiero compárame a nadie, pero cuanto me alegro de no pertenecer a ese mundo frívolo, donde no se tiene sensibilidad para ver estos paisajes de una belleza sin igual y llorar de emoción por poder disfrutarlos. Salir de la tienda de campaña y ver una extensión casi infinita de belleza, de nieve, hielo azul, sol siempre presente, montañas de ensueño, nieve que brilla con los colores del arco iris, y cielos magníficos donde solo hay nubes alargadas de millones de formas, como si te hablaran. Todo es perfecto, es un decorado nunca superado por ninguna película de Hollybood, y esta aquí en nuestro planeta. Señores lectores ¡que belleza¡
Pido disculpas si he sido muy cáustico, pero deberían prohibir venir a este paraíso a las personas que no tuvieran la sensibilidad suficiente para comprender, para ver claro, para relajarse ante tanta belleza, para hacerse mejores personas, para grabar en la retina de por vida uno de los paisajes con mas fuerza, violencia, y perfección del planeta tierra y quizá del universo.
Desde la Antartida seguiré informando desde uno de los últimos confines de la tierra…