EL PELIGRO DE LAS SIMAS INUNDADAS
Volver> Posteado el 06/09/2013 a las 16:00
Jesús Calleja y el equipo de Desafío Extremo se han encontrado con condiciones climatológicas que les han obligado a darse la vuelta a -1.637 metros de profundidad, sin poder alcanzar los -2.080m. El Kolectivo Kieto, vinculado a la Federación Madrileña de Espeleología, nos explica lo peligroso que es transitar por una cueva cuando llueve en superficie y la clave para salir adelante en estos casos: flexibilidad y trabajo en equipo.
Jesús, Sergio, Denis y el resto del equipo de Desafío Extremo han estado cerca de conseguir el reto inicial, pero las grandes empresas nunca están exentas de sorpresas. Lo mejor, que el equipo tiene experiencia y ha sabido reaccionar, este es el verdadero reto conseguido. Ahora solo resta la salida al exterior.
Una paradoja más de la espeleología es que el agua que durante millones de años ha contribuido a la formación de las cavidades es uno de los factores más vinculantes en la exploración. Si estas en el interior de una cavidad activa (así denominamos a las cavidades que tienen cursos activos de agua) y escuchas el grito ¡¡ crecida ¡! Todo cambia, dejas lo que estas haciendo por importante que sea , buscas un lugar seguro y esperas a que el nivel de agua baje a niveles normales las cavidades no dejan de ser ríos subterráneos y responden como lo que son, canalizan el agua del exterior hacia las profundidades. Prácticamente todos los grandes sistemas tienen pasos críticos que ante una pluviosidad grande se sifonan o son peligrosos de afrontar bloqueando al equipo de exploración. Esto conlleva adaptar el objetivo propuesto, también e incluso más importante es cómo afecta a las decisiones del equipo. Una decisión equivocada puede suponer un accidente, un equipo compacto y con experiencia supone simplemente prorrogar el objetivo en el tiempo y extraer conclusiones positivas del reto afrontado. La mayoría de los espeleólogos han sufrido esta situación durante sus exploraciones.
Flexibles , constantes y creativos, ese es el perfil de los grandes exploradores y sus equipos . En 1999 nos propusimos convertir una de las simas emblemáticas del mundo (BU-56, -1408m) en un laboratorio para que un equipo trabajara en condiciones “extremas” varios días bajo tierra, cargados con abundante material, incomunicados, humedad al 100%, temperatura 3ºC, oscuridad absoluta y la presión psicológica del reto y del equipo. Se realizaron estudios en aspectos tan dispares como la cadena trófica de la cavidad, el estudio fisiológico de la actividad y un estudio sobre el trabajo en equipo y la satisfacción por la tarea. Todos los datos fueron recogidos y estudiados por Antonio Álvarez Adame, psicólogo y espeleólogo del equipo, dando resultados en ocasiones asombrosos.. “No hay tanta diferencia con un viaje a Marte, incluso la Agencia Espacial Europea ha sometido a estudios como el nuestro a los futuros astronautas dentro de cavidades”.
“Nos imaginamos como debe sentirse Jesús y su equipo estos días, en un medio muy hostil con la climatología en contra y el cansancio acumulado. Como Jesús indicaba en sus conexiones -el cuerpo dice no constantemente-, pero la experiencia y la labor de equipo han llevado a la decisión correcta.”
El grupo necesita cohesión y motivación, es necesario transmitir la idea de que todos formamos parte de algo grande, eso nos hace sentirnos grandes, lograr un sentido de pertenencia, que las personas se vean a sí mismas como un equipo, como algo grande que logra cosas grandes, “Tú solo no puedes, con amigos sí”
Para lograr el éxito es necesaria una estructura suficiente de comunicación y la capacidad de adaptación del equipo a la nueva situación. El conflicto grupal es inevitable, pero no necesariamente negativo, se muestra como negativo cuando lo que falla es la comunicación.
“La magia está en la comunicación, que se muestra como el elemento central que asegura la permanencia y la evolución del equipo”.
Kolectivo KIETO